Existen diferencias entre medir, evaluar y calificar, procesos todos que nos pueden llevar a conocer el punto en el que se encuentra nuestro proyecto, empresa, emprendimiento o actividad y, para cada uno de ellos, hay parámetros, métodos y reactivos diferentes.
De acuerdo a la RAE, medir es “comparar una cantidad con su respectiva
unidad, con el fin de averiguar cuántas veces la segunda está contenida en la
primera”. Es así como se pueden calcular los avances o retrocesos que se tienen
en el cumplimiento de metas y objetivos.
Evaluar dentro de las empresas es analizar la información que se recaba de
manera sistemática bajo métodos válidos y contrastados, lo cual servirá para la
toma de decisiones que contribuyan con la obtención de mejores resultados,
detectar el talento de los colaboradores, potenciarlo y mejorar la comunicación
interna.
Calificar, generalmente, se asocia a una escala de medición tras haber
evaluado, sin embargo, no siempre se requiere de una calificación para tener
una evaluación objetiva y consistente para generar información que sea de
utilidad.
Una evaluación, por sí sola, por mejor elaborada que esté, no va a
solucionar ni mejorar nada, por el contrario, si los colaboradores no ven
cambios concretos derivados del análisis de la información, lo único que se
logrará es generar descontento que enrarezca el clima laboral y baja en la
productividad.
Por otro lado, las evaluaciones al desempeño laboral, no solo conllevan una
calificación sobre las actitudes ante el trabajo o el cumplimiento o no de las
metas anuales; para que una evaluación sea efectiva y útil a la organización,
deben de existir medidas correctivas que van desde una llamada de atención,
hasta la remoción del personal. Dejar que todo pase como si no pasara nada, es
condenar al fracaso a la organización.
¿Para qué me esfuerzo si no me van a decir nada mucho menos a correr?
En el caso de una evaluación positiva que amerite incentivos,
felicitaciones y hasta bonos, estos se deben ejecutar en tiempo y forma. Los
escalafones también deben ser considerados como resultado de las evaluaciones, no
así la rotación horizontal, que ese es otro tema de mucha complejidad por sus
repercusiones.
Criticar por criticar, no es evaluar. Omitir incentivos o correctivos tras
una evaluación, es tan perjudicial como planear sin tomar en cuenta el análisis
de la información. Simular mediciones,
evaluaciones y/o resultados, solo alimenta al camino del fracaso. Evaluar y
analizar es como se sientan las bases para que la planeación sí sea
estratégica.
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